Residencial La Granja León dispone de un sistema de fachada ventilada pero… ¿sabes qué es una fachada ventilada? Se trata de una solución constructiva que crea una cámara de aire abierta entre el revestimiento exterior del edificio y su cerramiento, permitiendo la ventilación continua en el interior de la cámara. De esta manera se consigue un comportamiento térmico excelente, eliminando los puentes térmicos y los problemas de condensación y humedad.
Por eso, la fachada ventilada es el sistema constructivo más eficiente para el cerramiento de edificios; una solución que encaja a la perfección dentro de las tendencias de arquitectura sostenible.
Componentes de una fachada ventilada
El sistema de fachada ventilada se compone de:
* un muro soporte (de ladrillo o bloques de hormigón),
* una capa aislante (generalmente lanas minerales de vidrio o roca),
* y un material de revestimiento (acero, aluminio, piedra, pizarra, gres porcelánico, madera, composites, plástico…) que se fija al edificio con una estructura portante.
Gracias a esta composición, entre el muro portante y el material de revestimiento se crea una cámara de aire, no estanca, que permite la ventilación.
El efecto chimenea
La cámara de aire ventilada es el elemento diferencial de esta tipología constructiva frente otras. Dicha cámara debe ser continua, con aberturas permanentes -en su parte baja y alta- que aseguren la ventilación y permitan la circulación constante de aire (aunque protegidas adecuadamente para evitar la entrada de agua).
Como consecuencia de las diferencias de temperatura, en esa cámara de aire se produce un fenómeno de convección natural conocido como «efecto chimenea».
Este fenómeno de convección natural hace que en verano el aire caliente suba y que la cámara de aire se renueve de aire más frío. Mientras que, en invierno, el aire no se calienta lo suficiente como para ascender, por lo que el aire de la cámara no se renueva y la capa de aislamiento retiene el calor que proviene del interior.
Esto evita el sobrecalentamiento en los meses de más calor y hace que la temperatura interior de la vivienda se conserve mejor durante los meses más fríos.
Ventajas de la fachada ventilada
El aislamiento exterior continuo minimiza los puentes térmicos evitando así la existencia de puntos “fríos” en la superficie interior del edificio y, en consecuencia, el riesgo de formación de moho o condensaciones en las superficies interiores. La uniformidad de las temperaturas interiores favorece el confort percibido por los usuarios.
El revestimiento exterior “protege” a la fachada del exceso de exposición a la radiación solar, viento y lluvia.
La posición exterior del aislante minimiza la oscilación térmica sobre el muro base de la fachada, de forma que se reduce el “stress” térmico de la misma, favoreciendo la durabilidad del sistema constructivo.
La cámara de aire actúa como una barrera de alta eficacia frente a la infiltración del agua de lluvia. La “descompresión” que provoca la ventilación impide que las eventuales infiltraciones producidas en el revestimiento exterior (incluso en el caso con juntas abiertas) alcance las capas internas del cerramiento de fachada, de forma que el aislante y el muro base permanecen siempre “secos”.
La cámara ventilada actúa como un elemento “desecador” de la migración higrotérmica del vapor de agua que se produce desde el interior hacia el exterior del edificio. De esta forma se hacen innecesarias las barreras de vapor, incluso en climatologías severas.
El “efecto chimenea” activa una eficaz ventilación natural, manteniendo el aislamiento seco y consiguiendo de esta forma un gran ahorro en el consumo energético.
En Residencial La Granja León, instalaremos la fachada ventilada cerámica por extrusión de la marca Faveker® (división para fachadas de Gres de Aragón).
